Expediente seguido por fray Félix Carbajo, provincial del convento de San Agustín, en los autos ejecutivos con el capitán Juan de la Riva por cantidad de pesos, solicitando no se le conceda permiso para ausentarse con destino al reino de Chile, sin haber pagado. Ante Diego Miguel Bravo de Rivero y Zavala, marqués de Castel-Bravo, caballero de la orden de Santiago, regidor perpetuo del Ayuntamiento de Lima, alcalde del crimen de la Real Audiencia y auditor general de Guerra.

Oficio de Félix Carbajo, fray del Convento Grande de Nuestra Señora de Gracia, a José Fernando de Abascal, marqués de la Concordia, virrey del Perú, expresando su agradecimiento por los servicios prestados en el mando del virreinato; tras el anuncio de su partida a la corte de Madrid y nombramiento de Joaquín de la Pezuela como su sucesor.